Cuando llegué al hospital, los médicos me miraron patidifusos e impresionados por la gravedad de mi situación. Cuando les conté lo que había pasado, les costó creer que aún siguiera con vida (después de todo, había luchado contra el gran kazekage). Rápidamente me llevaron en una camilla hasta la sala de urgencias, donde médicos del clan hyuga y de otros clanes en general trataron mi estado físico y consiguieron estabilizarme. En cuanto a mi estado mental, me diagnosticaron un tipo de esquizofrenia aguda, la misma que me hacía matar a los de la arena, y que desgraciadamente no tenía solución conocida por ellos. A la mañana siguiente me dirigí hacia mi antiguo hogar.