*Llego a Konoha con la esperanza de encontrar a los ancianos Hyûga de los que me hablaron y me dieron direccion, por fin podre salvar a mi querida hermana de su horrible destino como miembro de la rama secundaria que es, cuando llego a la direccion indicada entro y veo a dos ancianos, hago una reverencia y mientras vuelvo a mi posicion habitual uno de los ancianos me habla* -Que haces aqui joven? -Vengo a que me hagan un favor... -De que favor se trata? -Pertenezco a la rama secundaria y no estoy sellado *se levantan espantados* -NO ESTAS SELLADO!? -No, y por eso he venido, quiero que lo hagan ahora mismo -Pero como puede ser eso? -Mis padres me ocultaron para que no tubiera que pasar por esto, pero creo que es mi deber como Hyûga, asi que... ya pueden empezar *me arrodillo y cierro los ojos* -De acuerdo, sentiras un poco de dolor, pero enseguida se te pasara *se aproxima a mi y hace sellos con las manos a la altura de mi frente y en ese mismo momento noto unas punzadas en mi cabeza insoportables y me tiro al suelo retorciendome de dolor, en cuanto el anciano deja de hacer sellos cesa el dolor, y me levanto un poco aturdido y el anciano me mira* -Recuerda que ahora estas a merced de la rama principal... -Asi debio ser desde un principio *Salgo y me voy de la villa*